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Desde que existe el software, existen los bugs, y por eso ignoraríamos esta noticia de no ser porque: 1º Gmail es usado por la gran mayoría de propietarios de un dispositivo Android; y 2º Nos asombra que exista un bug desde la época del G1, que salió a la venta en 2008. En fin, sin perder tiempo vamos con los detalles.
Resulta que la nueva versión de Gmail, numerada 2.3, tiene un fallo que no permite la descarga de archivos adjuntos, por lo que Google ha creado una línea de discusión abierta para que usuarios con altos conocimientos técnicos envíen los resultados de sus pruebas. El problema es que la actualización está siendo "empujada" por varias operadoras, y aún si un usuario despistado actualiza voluntariamente sin saber, no es posible regresar a la versión anterior.
Como dijimos anteriormente, el segundo "gran bug" es viejo, casi tan viejo como el mismo Android. Resulta que si te equivocas con el código gestual de seguridad por muchas ocasiones (no nos queda claro si esto sucede con todos los terminales o sólo algunos, como el G1), Android pedirá la identificación de Google. Hasta aquí todo bien, y hasta gratamente seguro, de no ser porque el SO no procesa bien la información de identidad, con la consecuencia de que el móvil nunca se desbloquea.
No culpamos a Google porque de vez en cuando asomen bugs, que son una parte normal de este tipo de negocio; lo que pedimos es más atención a los problemas más graves (como estos), porque desesperar a los usuarios no será nunca beneficioso para la empresa o el consumidor.
Resulta que la nueva versión de Gmail, numerada 2.3, tiene un fallo que no permite la descarga de archivos adjuntos, por lo que Google ha creado una línea de discusión abierta para que usuarios con altos conocimientos técnicos envíen los resultados de sus pruebas. El problema es que la actualización está siendo "empujada" por varias operadoras, y aún si un usuario despistado actualiza voluntariamente sin saber, no es posible regresar a la versión anterior.
Como dijimos anteriormente, el segundo "gran bug" es viejo, casi tan viejo como el mismo Android. Resulta que si te equivocas con el código gestual de seguridad por muchas ocasiones (no nos queda claro si esto sucede con todos los terminales o sólo algunos, como el G1), Android pedirá la identificación de Google. Hasta aquí todo bien, y hasta gratamente seguro, de no ser porque el SO no procesa bien la información de identidad, con la consecuencia de que el móvil nunca se desbloquea.
No culpamos a Google porque de vez en cuando asomen bugs, que son una parte normal de este tipo de negocio; lo que pedimos es más atención a los problemas más graves (como estos), porque desesperar a los usuarios no será nunca beneficioso para la empresa o el consumidor.
Vía: es.engadget
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